Raúl Gay y la ruptura de la imagen de la discapacidad

La discapacidad y la imagen que se nos intenta mostrar sobre ella, es un producto que últimamente se encuentra más frecuente que nunca a nivel cultural. Es cierto que nuestra cultura no ha sido muy propensa a tratar la discapacidad como un tema característico de tratamiento sencillo. En muchos casos ha sido un tema tabú del que no se trataba con la facilidad y el dominio de otros temas propensos a formar parte de nuestra cultura. No obstante, en estos últimos años tengo la sensación de que nuestra cultura ha hecho un esfuerzo muy grande para acercarse al mundo de la discapacidad y tratar de usar la cultura como espejo transmisor de ese mundo tan desconocido y oculto para la mayoría de las personas de nuestra sociedad.

A través de la cultura, podemos realizar en nuestra cabezas imágenes mentales siguiendo los patrones culturales que se repiten con frecuencia sobre un tema. Es decir, si yo consumo muchas expresiones culturales sobre la discapacidad (libros, películas, series,...) y todas ellas establecen una serie de patrones o elementos sociales comunes a las personas con discapacidad tomare todo ello como regla general y común a todo el colectivo. Todo esto me ayudará a configurarme la imagen mental de la discapacidad fuertemente arraigada e influida directamente por los productos culturales que consuma referentes al mundo de la discapacidad.

Creo que lo que voy a comentar ahora debería ser evidente, peo mi experiencia pasada y mi investigación reciente me dice que no siempre es así, La imagen de la discapacidad que la cultura nos facilita no es la imagen real de la discapacidad, es más; la discapacidad en sí no debería tener una imagen global, aunque con la maquinaria cultural en marcha eso es imposible. Generalizar y globalizar todo un colectivo me parece bien a nivel cultural porque puede dar juego a la proliferación de obras que abusen precisamente de esos estereotipos, pero creo que la cultura debería servir como herramienta didáctica y hablarnos de diversidad. Porque señores no todos los mexicanos varones violan, atracan o están relacionados con el mundo de las drogas, ni todos los gitanos viven en la indigencia y la criminalidad, ni todas las mujeres son víctimas que sufren y son dependientes de un hombre. Hay diversidad, y en todos esos grupos sociales no son una masa homogénea. Podemos generalizar pero siempre desde la ficción y sabiendo que no siempre es así. Esto que parece tan evidente es a veces (con bastante frecuencia) olvidado y no lo tenemos en consideración.

Por tanto, la imagen de la discapacidad va a ser una imagen construida a partir de estereotipos varios, cuestiones generalistas y patrones de comportamiento que nada tienen que ver con la diversidad de realidades diferenciadas en el mundo de la discapacidad. Se presentará al discapacitado con una fuerte relación con la bondad más plena. Son personas que rebosan generosidad y bondad haya por donde van. Son todos (generalmente) unas buenas personas que predican con el bien y el amor al prójimo. Me pregunto yo que si encima que ya tienen bastante con la desgracia que les ha pasado, tienen que ser buenos. No es una obligación moral presente en todo el colectivo, es una opción como otra cualquiera. Los discapacitados se les presentan como víctimas y personas que por dentro sufren enormemente, son muy delicados emocionalmente y nosotros no debemos ayudar a ese deterioro emocional. Esto quiere decir que la cultura nos hace ver que el tema de la discapacidad es reprobable moralmente tratarlo con un discapacitado, tendremos que evitar recordarle el mundo de la discapacidad y evitar alargarle más su sufrimiento. El discapacitado por definición sufre y por tanto tendremos que ayudarle. Porque siempre necesita nuestra ayuda, eso ni se pregunta.

Pero a nivel social podemos contar con casos notables y mediáticos que rompen con esos estereotipos y falaces generalizaciones del colectivo. En el mundo de la política hay dos personas que rompen con todo ese ambiente que siempre está vinculado y relacionado con la concepción construida a partir de la imagen mental de la discapacidad, siempre gracias a la "inestimable" colaboración de la cultura. El primer ejemplo es el señor diputado Raúl Gay. Diputado de Aragón por la coalición izquierdista Unidos Podemos, tiene un porcentaje de discapacidad del 75 %. Como datos relevantes podemos señalar la ausencia de brazos de dicho individuo y la necesidad de unas piernas ortopédicas. Sorprendió  a todo el mundo con sus sentido del humor a la hora de referirse a su discapacidad. Incluso aplaudía las bromas que humoristas realizaban. No se ofendía y no daba muestras de victimismo, para nada. Rompe con los cánones clásicos de discapacidad mostrados con anterioridad. Como muestra de esa ruptura les mostraré la entrevista que concedió al programa radiofónico la Vida Moderna. El individuo participó en el toque humorístico del mismo y se mostraba distinto a la idea inicial de lo que implica la discapacidad.



Otro ejemplo claro es el de Pablo Echenique, otro diputado nacional de Podemos y en su caso científico a nivel local en su Argentina natal. También rompe con la imagen descrita en la entrada de la discapacidad y lo que implica. Incluso fue capaz de participar en un Show humorístico: "El Club de la Comedia", dónde se rio de si mismo y de su falta de movilidad. Para mucha gente fue incomprensible e incluso mucha gente se ofendió con su actitud y comportamiento.



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